Hey!!!!! Hola gente! Bueno, aquí os traigo nueva reseña. La verdad es que esta saga me está enganchando mucho, muchísimo; a pesar de que todavía no hay un personaje masculino fijo para la protagonista, pero he de decir que en este libro la cosa se pone interesante...Después de que Rachel conectase con una línea luminosa para salvar su vida de Piscary a través de Nick, las cosas entre ellos dos se están poniendo un poco frías.....tanto que Rachel empieza a encontrar quien le consuele ( y no os voy a decir quien, pero si ya habéis leído los otros libros lo sospecharéis, porque yo ya lo sospechaba desde el primero).
En este libro, un nuevo enemigo aparece frente a nuestra querida brujita, un enemigo que intenta apoderase de la ciudad con Piscary en la cárcel y un Trent Kalamack a punto de casarse ( o sí, habéis leído bien). La pobre mujer se ve utilizada, apaleada y tirada al río, mientras su ahora exnovio no la llama. Y eso no es todo, porque el Gran Al, ese demonio tan peligroso la tiene como familiar, y piensa aprovecharse...Los engaños de Rachel pueden ser muy peligrosos, sobretodo si juega con demonios ( en plural, sí señor) y se ve arrastrada a un mundo de traiciones en el que solo le queda una opción: dejar atrás el bien y el mal y meterse en la escala de grises.
Me encanta como los acontecimientos empiezan a colocar a cada personaje en su lugar (además de que aparecen algunos nuevos e interesantes ), dejándote ver lo que podría llegar a ocurrir sin desvelártelo del todo. Como diría Jenks ( a quien vais a echar de menos, pero no os preocupéis): "Por el amor de Campanilla, este libro es como el azufre."
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